lunes, 23 de julio de 2007
AMOR
se sumerge en el agua de mis ojos,
vuela intransigente en el suspiro,
cálida se transporta en mi sonrisa.
Es eco acompasando los latidos,
fuego que consume el bullir de la sangre,
encendido carmín en las mejillas.
Es la palabra que no pronunciarán mis labios.
Que sólo en sueños resonará en el viento.
PETICIÓN
UN SUEÑO
He aquí que estoy sentada, de frente a las cajeras. Con dolor de estomago y mal humor. El tiempo pasa lentamente y yo, que me quiero marchar desde hace rato, empiezo a enfadarme. Mi padre está encantado mirando herramientas, va de un pasillo a otro. Mi madre lo sigue sonriendo por el mero placer de verlo observar las cosas como un niño. Hace diez minutos decidí venir a sentarme, a mi no me place andar recorriendo de aquí para allá pasillos y más pasillos llenos de herramientas y más herramientas; a mi la carpintería, la plomería y los materiales para la construcción no me agradan nada.
Y aquí estoy, observando a la gente que pasa a pagar esos utensilios. Me doy cuenta de que cajeras y cajeros usan fajas para poder levantar los objetos pesados. Empiezo a notar que a todos se les ve de distinta manera. Frente a las cajas los demás empleados pasan una y otra vez y he aquí que te veo: Camisa beige y jeans azules, tu cabello negro tan bien peinado llama inmediatamente mi atención. “Uno de esos chicos guapos que jamás voltean a ver a uno”, pienso mientras te miro con insistencia, sin disimulo, pues sé que no voltearás. Y entonces sucede, volteas hacia tu izquierda y me ves, sentada en esa banca, mirándote fijamente. Pasa de largo por ese inmenso pasillo y yo, un poco sonrojada me quedo con la imagen de tu rostro. “Bueno, después de todo no ha sido tan mala idea esperar aquí”. Pasan dos minutos, y de pronto te veo regresar, por el mismo pasillo, al pasar frente a mi de nuevo me miras, sostengo la mirada mientras pienso: “Vaya, a la tercera no es casualidad”. Sonrió debido a que mi comentario me ha parecido infantil, y así me siento, como una niña entusiasmada con un juego ingenuo. Espero, unos minutos y se repite la tercera y de paso la cuarta vez. En tu rostro hay una expresión de ¿agrado? No es simple curiosidad la que te incita a verme, a los ojos, hay sorpresa en la breve sonrisa que me lanzas la quinta vez y nerviosismo en la sexta. Empiezo a desear que mi padre pretenda comprarse toda la tienda y tarde tres horas más. Pero no. Ahí vienen los dos, “¡sólo un taladro, no, regresen hacen falta más cosas!”, pienso, mientras observo a uno y a otro lado del pasillo, nada, no apareces. “Vamonos”, escucho la voz de mi madre. Una última mirada frente a la salida, nada, te has esfumado. ¿Un sueño? Lo suficiente para dormir sonriendo todos estos días.
sábado, 21 de julio de 2007
EFRAÍN BARTOLOMÉ
Entramos puntualmente al catafalco del día
Avanzamos a tientas
con el tacto vendado
Corriendo siempre
Sabiendo oscuramente que un instante cualquiera
surgirá
como a veces un charco a nuestro paso
la línea de la muerte:
un barco transparente donde no viaja nadie
un círculo de calma que te envuelve
una piedra de sombra en medio de la frente.
"Ciudad bajo el relámpago" 1983
INCOHERENCIAS
¡QUÉ FELICIDAD!
sábado, 14 de julio de 2007
SIGMUND FREUD
Instrucciones para subir una escalera, por Julio Cortázar.
FE
COMICS
A lo largo de cincuenta años, de 1950 a 2000, Charles M. Schulz, creador de Carlitos y Snoopy, escribió y dibujó una tira cómica diaria hasta llegar a reunir poco menos de dieciocho mil (la última, en la que se despedía de sus lectores, apareció exactamente al día siguiente de su muerte, un fin apenas justo para un prodigioso ciclo de vida y creación). Se trata de un caso excepcional de creatividad sostenida. Schulz, en más de un sentido, fue el Balzac de las tiras cómicas. La publicación de The Complete Peanuts, planeada en veinticinco volúmenes que vienen apareciendo a razón de dos por año, representa la oportunidad de leerlo por primera vez en su totalidad y apreciar la verdadera dimensión del mundo que creó.
Carlitos pertenece legítimamente a la familia de antihéroes del mundo moderno; suerte de pequeño hombre sin atributos, es el perdedor por antonomasia, condición ejemplificada por su récord perfecto de derrotas en el beisbol, su incapacidad para elevar un papalote o acercarse a la Niña Pelirroja. Sin embargo, lo que lo salva es una inocencia a prueba de cualquier desengaño y un fondo de optimismo irreductible: no importa cuántos jonrones le peguen, él seguirá subiendo al montículo con la esperanza de convertirse en héroe (recuerdo ahora los primeros versos de un memorable poema de Eduardo Lizalde publicado en Vuelta hace años; no el único seguramente, pero sin duda uno de los mejores: “En la noche asesina, y solo en el montículo,/ ¡qué soledad a veces, Charlie, pavorosa!”).
Snoopy no poseía, cuando comenzó a publicarse la tira, el protagonismo que fue adquiriendo hasta llegar a convertirse prácticamente en el centro de la serie. En 1956 Schulz lo hace caminar como un humano; después comienza a expresar sus pensamientos y pronto lo hace adoptar las formas y personalidades más variadas. Frente al nerviosismo y la inseguridad de Carlitos, el sabueso encarna la despreocupación y la frescura. No obstante, en el mundo poblado de neurosis de Schulz, nadie escapa a ellas: Snoopy asume distintos roles porque está inconforme con lo que realmente es: “Si yo fuera un buitre –piensa– la gente me tendría más respeto.” Así pretende ser un águila calva, un salmón, un gorila, un alce, un león, una serpiente y, ya en pleno delirio, un piloto de la Primera Guerra Mundial. Sus metamorfosis, sin embargo, suelen tener un final ridículo que le recuerda que, en el fondo, es un perro. La épica de su vida interior (como la del Walter Mitty de James Thurber) contrasta con su prosaica realidad.
Lucy representa la necedad segura de sí misma: enérgica y despótica, la sombra de la duda nunca parece haber cruzado por su mente. Goza torturando al hipersensible Carlitos y a su hermano menor. Tirana autoproclamada, pretende resolver los problemas de todos en su consultorio psiquiátrico por cinco centavos. Su castigo es estar enamorada de Schroeder, el pianista obsesionado con Beethoven (el compositor favorito de Schulz, por cierto, no era Beethoven sino Brahms, pero aquél, decía, tenía un nombre más chistoso), que la desprecia olímpicamente. Su mundo filisteo choca ahí con un muro impenetrable. Su hermano Linus, por su lado, posee quizá la personalidad más compleja del grupo. En él confluyen una inocencia extrema (año tras año espera impertérrito la llegada de la Gran Calabaza), una propensión a la ironía, un temperamento filosoficorreligioso (cuando contemplan las nubes, mientras los demás ven animales, él ve la figura de San Pablo) y un realismo que, a diferencia de Carlitos, le permite adaptarse a la vida como es. Y, no obstante, todo su aplomo depende de la manta que arrastra consigo a todas partes.
Tras su fachada inocente, el mundo de Carlitos y Snoopy está lleno de ansiedades, miedos y frustraciones. A Schulz le gustaba citar una frase de Scott Fitzgerald: “En la noche oscura del alma, siempre son las tres de la mañana”, y Gary Groth ha escrito que de algún modo en Peanuts son siempre las tres de la mañana. Es cierto, claro, pero si sólo eso fuera cierto, las de Schulz serían las tiras cómicas más deprimentes de la historia y no una obra que irradia una suave serenidad. La clave reside en el humor y la compasión con que el autor presenta los defectos e inseguridades de sus personajes. “Mi filosofía –declaró Schulz alguna vez– es sencillamente una filosofía de la bondad.” Su genio radicó en fabricar una comedia humana en miniatura sobre esa bondad. Good grief! ~
jueves, 12 de julio de 2007
sábado, 7 de julio de 2007
CONJURO
surca su cuerpo,
que el sol no le marque otra herida,
que el viento no remueva su palabra.
Enjuaga el polvo que le oprime,
el vasto dolor que le recubre,
inunda el lugar que fue sonrisa.
Lágrima,
cubre su ternura,
conviertele la lluvia en brisa,
el golpe de sus ojos en espuma.
Esconde su textura de los vivos,
encierrala por siempre,
que su voz desaparezca entre las flores...
SIN COMPAÑÍA EXCEPTO EL MIEDO-Malcolm Lowry
Cómo empezó todo esto y por qué estoy aquí
en esta barra arqueada con la pintura marrón descascarillada,
papegaai, mescal, hennessy, cerveza,
dos viscosas escupideras, sin compañía excepto el miedo:
miedo de la luz, de la primavera, del lamento
de aves y autobuses volando a sitios lejanos,
y de los estudiantes yendo a las carreras,
de chicas brincando con el aire en sus rostros,
pero sin compañía excepto el miedo,
miedo de la fuente volando: y todas las flores
que conocen el sol son mis enemigos,
¿estas, muertas, horas?
CH3-CH2-OH
el sonido de otro tiempo,
un árbol cae bajo las nubes,
la luna se esfuma entre el vapor etílico,
rugen los días,
el ombligo del mundo se desnuda,
¿quién soy en esta noche, quién vive entre mis mundos?
jueves, 5 de julio de 2007
V. PABLO NERUDA
Para que tú me oigas,
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como, quiero que me oigas.
.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejos súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
EL ESPEJO
martes, 3 de julio de 2007
Llorar a lágrima viva-OLIVERIO GIRONDO
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
lunes, 2 de julio de 2007
domingo, 1 de julio de 2007
THE ITALIAN
Esta historia, basada en un caso real, nos presenta a Vanya, un niño ruso de seis años abandonado en un orfanatorio de provincia operado por un corrupto director y una agente de la agencia de adopciones local a la que todos llaman Madame. Vanya decide enseñarse a sí mismo a leer, para así buscar en su expediente la dirección de su madre y encontrarla. Todo se complica cuando una pareja italiana sin hijos llega al orfanato con la intención de adoptar a Vanya, quien desde ese momento es llamado "el italiano" por el resto de los menores internos. Cuando el pequeño se fuga del instituto con destino a su ciudad natal, el director y Madame unen fuerzas para encontrarlo a como dé lugar: el lucrativo negocio de las adopciones está en peligro.
DE REGRESO
Lo gracioso de estos días es que me he dado cuenta de que en mi nuevo blog he recibido más visitas de las que esperaba. De hecho si no mal recuerdo cuando inicie con InFRAmUNDo tuve que obligar a mis amistades a entrar y firmar, -por supuesto sin necesidad de leer- Quiza es normal que el pesimismo atraiga más gente que los libros, quiza.
Es domingo y a las 4:50 juega la selección de futbol; por supuesto no puedo perderme el partido y la oportunidad de discutir con mi padre diciendo que :"morir por una camiseta verde" no es ser nacionalista. Esas discusiones son de lo más entretenido, para ambos.
Necesito algunos libros: Un libro de mitos griegos, uno de Historia prehispánica de México, uno de Gramatica -cómo escribir bien- y uno de Psicoanálisis. Me pregunto si conseguiré cuando menos unos de estos.
El clima ha estado agradable estos días, quizá la nube negra que pende sobre mi cabeza se este disipando...