sábado, 28 de junio de 2008

FORTALEZA





¿Y qué si el mundo se detiene,


mi alma expira,


y el silencio se apodera de mi cuerpo?




¿Y qué si las calles se llenan de desprecio,


y las nubes me señalan con su odio?



¿Y qué si la tierra se abre llevándose mis sueños?



¿Y qué?



Mientras tu voz resuene en mi pecho y tu nombre este atado al mío, no perecerá mi cuerpo.











23 MAYO 08

COCINA





Desnuda tu cuerpo en la cocina,


entre los cubiertos derrama tu dulzura.



Una onza de besos,


tres cuartos de caricias,


cocer a fuego lento como dictan las recetas.



Licuemos el deseo en una taza,


vaciemos nuestros nombres en un plato.


comamos el platillo de la carne


en dos porciones para un rato.



Viernes 30 de mayo de 2008.

SESEM SOD





Adoro cada fragmento de tu cuerpo,


cada tono de tu voz,


cada trozo de aire que respiras,


todo lo que tu vista toca,


el espacio que tu ser habita.



Ensoñación es la lluvia de tu sombra,


la callada meditación de tu tristeza,


el viento que tus ojos dejan en mi alma.



Adoro cada detalle enmarcado en tu contorno,


cada silencio acompañado con tu nombre


cada porción de tiempo que compartes


el aroma de pócima sagrada que te envuelve



“Sesem sod” y para siempre…




Martes 10 de junio de 2008


OJOS DE SILENCIO






Ojos de luz, silencio y otoños desprendidos de la luna,


llena el hueco de mis noches con tu cuerpo,


musita versos en mi vientre,


sacude la tristeza de mi esencia,


duerme con mi sombra amarrada a tu figura.



Ojos de nieve, tristezas y estrellas arrancadas a la noche,


vuelca tu furia sagrada hacia ni nombre,


borra mis huellas aferrandome a tu esencia,


llena el espacio de mil siglos sin tocarte.



Ojos de encanto, desierto y nubes robadas al océano,


siente mi piel fluyendo entre tu tacto,


vierte tu cáliz en mis boca,


llévame al limbo glorioso de lo eterno.







Martes 10 de junio de 2008




sábado, 21 de junio de 2008

LUNA LLENA XV (RESURRECCIÓN)





"El hombre tras el lobo, ha ganado..."



Ha nacido entre las sombras la belleza,


la vibración de la luna llega hasta mi cuerpo


soy el hombre que se esconde tras el lobo,


las heridas en mi cuerpo cicatrizan,


mis garras descansan,


se renuevan.



Una voz ha cambiado mi destino,


ha colmado mis noches con su tacto,


ha sido fuego trayendome a la vida.




El lobo conoció lágrimas,


lanzó hacia su propio cuerpo la desdicha,


vago por bosques encontrando en la sangre un paliativo,


el lobo se colmaba en su amargura...




Luna llena transfigurate en su cuerpo,


que sus silencios se mezclen con mi aullido,


hagamos surgir en esta noche un nuevo mundo.


Soneto XXV- Pablo Neruda






Antes de amarte, amor, nada era mío:


vacilé por las calles y las cosas:


nada contaba ni tenía nombre:


el mundo era del aire que esperaba.



Yo conocí salones cenicientos,


túneles habitados por la luna,


hangares crueles que se despedían,


preguntas que insistían en la arena.



Todo estaba vacío, muerto y mudo,


caído, abandonado y decaído,


todo era inalienablemente ajeno,



todo era de los otros y de nadie,


hasta que tu belleza y tu pobreza


llenaron el otoño de regalos.

viernes, 6 de junio de 2008

ENTRE CENIZAS


El viento arreciaba llevándose tras de su paso los recuerdos de lo que antaño había sido unos de los pueblos mas prósperos de la provincia de Segarra. Marcial miró por la ventana las calles inundadas por esa polvareda espesa que impedía distinguir muchas de las cosas que se encontraban en el exterior de su casa. Afuera lo que quedaba del pueblo era invadido por ese polvo gris que parecía gastar con su sola presencia, cada muro, cada objeto que tocaba. Respiró hondo, se sentía cansado y solo, el sonido del viento atizaba el fuego de sus recuerdos haciéndolo sentir nostalgia de un pasado que tal vez nunca había ocurrido. Miró por largo rato la calle, sintiendo como esa tormenta gris recorría cada centímetro del pueblo; imaginando que se colaba por cada quicio de su hogar, inundando todo hasta convertir el ambiente en algo irrespirable. A punto de correr las cortinas para regresar a su sitio en el sillón notó que algo allá afuera parecía luchar contra la tempestad de tierra que azotaba las calles. Tardó en distinguir el contorno impreciso de un hombre que caminaba desafiando al viento; con una mano sostenía su sombrero y con la otra cubría sus ojos del polvo que lo inundaba todo...
 
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