Me he puesto a pensar en: ¿cómo he podido sobrevivir en un mundo que cambia constantemente? Quizá es una pregunta un tanto boba. El punto es que siempre he odiado, no, más bien: siempre le he temido a los cambios y, por supuesto, este temor no ha evitado que el mundo siga girando, que personas lleguen, que haya personas que se van, que todo sea totalmente diferente a cada segundo que pasa.
Entonces llego a la conclusión de que estar temiéndole al cambio todo este tiempo, ha sido una actitud totalmente estúpida.
Por una vez en la vida quiero dejar ese temor atrás. Dedicarme a vivir, que es algo que tenía bastante olvidado, ser la persona que ni siquiera yo sé que soy.
Debo añadir que ultimamente me he quitado bastantes ataduras; ya era tiempo de aprender a amar; ya era tiempo de dejar de llorar por cosas que tenían solución; en fin la felicidad quizá no existe, pero algo muy parecido a ella estuvo tocando todo este tiempo a mi puerta y no la dejaba entrar.
A partir de ahora quizá vengan lágrimas, risas, amor, dolor, odio y cambios. No sé qué vaya a pasar, sólo sé que al final del camino estarán todos aquellos que me aman...
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