Me gusta el color pálido de mis manos, no, mejor dicho: el color amarillo pálido de mis manos. De un tiempo a la fecha me dedico a tomarles foto en todos los ángulos posibles, ora tomando una pluma, ora escribiendo en la pc, sin embargo, nunca consigo que la cámara refleje el color, el brillo, la sensibilidad que ante mis ojos parecen emitir. Pienso que un día de estos conseguiré la toma perfecta, esa que consiga atrapar todo aquello que no he podido decir con palabras y que mis manos han ayudado a expresar con caricias, con letras, con golpes a la pared, quizá ese día todo aquello que aun no consigo decir se expanda por el mundo y lo destruya…
04 de febrero de 2010
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