Surcando la noche el tiempo se instaló en mi sangre,
borrando el último vestigio de mi infancia.
Jazmínes deshojados cayeron en mis ojos rompiendo el maleficio de mi muerte,
tras el sol emergieron los recuerdos
y el horizonte se tiño con los sueños que perdí...
OCTUBRE 2007
sábado, 12 de enero de 2008
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