Voy a gastarme todas las lágrimas del mundo. Y si es necesario vaciaré los mares y los ríos; para así al fin quedarme con la paz que me hace falta.
No dejaré que este dolor me llegue a ratos y por dosis, quiero inundarme en su acuático murmullo, no ser vacilación ante su nombre; rodearme de su callado abrazo y malgastarme.
Voy a gritar tu nombre, hasta que callen las voces de los muertos, hasta que al mundo no le quede más que guardar silencio, vestir sus ojos del luto que me invade.
En este profundo océano que es la noche, recorreré los nombres, dibujaré en el rincón del firmamento los recuerdos, todo aquello que no regresará; te bordaré silencios, risas y este sentimiento; te prenderé a mi alma aunque sangre; caminaré hasta el lugar en el que alguna vez viviste y cerraré la puerta para no dejar que vuelvas.
Voy a gastarme todas las lágrimas del mundo, hasta que revienten en mis manos los tallos de las flores y la tierra me otorgue otro cuerpo. Bajo las rocas me vaciaré completa buscando el retorno al salado mar de mi abandono.
Lunes 03 de marzo de 2008
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