miércoles, 18 de febrero de 2009

VIEJO NIÑO

Inicio mi día favorito de la semana déjandoles un poema que me ha gustado mucho y me ha 'calado hondo'. Un poema que he descubierto gracias a la persistencia de mi hermano. Ese niño-hombre que se ha vestido con la capa del desagrado, que se ha cubierto el rostro con el rictus de pequeño amargado, que ha recubierto su alma con el cínismo del que quiere ocultar su miedo. Para ese niño tierno aterrado por la noche va este poema que el mismo ha hecho suyo. Porque todos alguna vez hemos sido niños sin padres, solos, abandonados a la tristeza de nuestro propio mundo...

NIÑO VIEJO, por Reinaldo Arenas.


Yo soy ese niño de cara redonda y sucia
que en cada esquina os molesta con su
"can you spend one quarter"

Yo soy ese niño de cara sucia
-sin duda inoportuno –
que de lejos contempla los carruajes
donde otros niños emiten risas y saltos considerables.

Yo soy ese niño desagradable
-sin duda inoportuno –
de cara redonda y sucia que ante los grandes faroles
o bajo las grandes damas también iluminadas
o ante las niñas que parecen levitar
proyecta el insulto de su cara redonda y sucia

Yo soy ese niño hosco, más bien gris,
Que envuelto en lamentables combinaciones
pone una nota oscura sobre la nieve
o sobre el cesped tan cuidadosamente recortado
que nadie sino yo, porque no pago multas se atreve a pisotear.

Yo soy ese airado y solo niño de siempre
que os lanza el insulto del solo niño de siempre
y os advierte: si hipócritamente me acariciais la cabeza
aprovecharé la ocasión para levantarles la cartera.

Yo soy ese niño de siempre
ante el panorama del inminente espanto.
Ese niño, ese niño,
ese niño que corrompe el poema con su nota naturalista.
Ese niño, ese niño,
ese niño que impone arduos y aburridos ensayos
y hasta novelas, aún más aburridas, sobre “los bajos fondos”.
Ese niño, ese niño,
ese niño de cara airada y sucia que impone arduas
y siniestras revoluciones
para luego seguir con su cara aún más airada y sucia.
Ese niño, ese niño
ese niño ante el panorama siempre inminente
(sólo inminente)
del inminente espanto, de la inminente lepra, del inminente
piojo,
del delito o del crimen inminentes.
Yo soy ese niño repulsivo que improvisa una cama
con cartones viejos y espera, seguro,
que venga usted a hacerle compañía.


Nueva York, Octubre de 1983.

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