Esa que vez ahí, asomando su blanco rostro entre los árboles, fue mía. Cada centímetro de su faz perteneció a mi nombre. Cada minúscula partícula de su ser brotó de mi sangre…
Ahora la he dejado marchar, he dejado que nubes le acaricien y le apresen. Jamás volverá a poseerme, esa luna me ha abandonado, ha manchado de soledad mis noches. Vuelve tu cuerpo hacia ella, observa su rostro, reflejo de traición. Yo sólo te digo: "no te dejes seducir, el lobo no es más que un juego para ella. No sucumbas, resiste, guarda tu cuerpo tras mis rejas…"
22 ENERO 2008
22 ENERO 2008
Perla, tu blog esta genial!! Saludoss
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