He terminado justo hoy a las 9:30 AM: "La insoportable levedad del ser" de Truman Capote. He quedado maravillada, encantada, fascinada y todos los sinónimos que puedan describir la impresión que la belleza produce en nosotros.
Al escribir, siempre tengo el problema de escasez en la variación de los tiempos verbales; me lo han corregido una y otra vez; pero, no fue hasta que leí a Kundera cuando entendí la perfección que se puede conseguir al jugar con el tiempo; al enredar el pasado, el presente y el futuro.
He de confesar que conseguí este libro por medios "ilícitos"; en la biblioteca pública sólo había un ejemplar; lo cual significaba que jamás me lo prestarían a domicilio. El viernes pasado esperé, espere hasta darme cuenta de que aquellos que me habían negado la posibilidad de leer a Kundera en la tranquilidad de mi hogar se fueran. Mi espera fructificó; tome el libro y como si nada dije: "¿Puede prestarme este libro a domicilio?" Segundos después obtuve la respuesta: "Sí".
Fue un acto noble de mi parte, -así lo veo yo- el libro estaba condenado a permanecer ahí, sólo, mezclado con otros libros igualmente limpios, pulcros, nuevos; aunque su edición date de 1998. Ahora "La insoportable levedad del ser" tiene mis huellas y un poco de polvo producto de los viajes que ha hecho conmigo estos días. Creo que ambos estamos satisfechos al fin.
Como lo dice en la contraportada, el libro nos cuenta una historia de amor; como todas, llena de celos, sexo, debilidades, casualidades, paradojas de la vida. Nos muestra el destino de dos parejas entrelazados irremediablemente.
Tomás, un hombre capaz de amar intensamente a su Teresa, ese ser desvalido; ese niño desamparado; pero incapaz de refrenar su deseo por otras mujeres.
Teresa y sus celos, -justificados de sobra- sus pesadillas, su temor de verse sin Tomás. Su incansable búsqueda en el espejo de un alma, su alma, que pueda vislumbrar a través de su cuerpo.
Sabina y su necesidad de ser libre, de vivir para siempre atada a la insoportable levedad del ser.
Franz, ese épico enamorado que siente que cada uno de sus pasos, proezas, actos nobles, estarán vigilados por los ojos de Sabina; por esos ojos que lo abandonaron hace mucho tiempo.
Creo que la belleza dentro de este libro se encuentra en la manera en cómo Kundera nos lleva a la reflexión, a la introspección a través de simples anécdotas y eventos cotidianos. Sería difícil explicar toda esa belleza indefinible, mágica.
El libro más recomendable de este año.
Al escribir, siempre tengo el problema de escasez en la variación de los tiempos verbales; me lo han corregido una y otra vez; pero, no fue hasta que leí a Kundera cuando entendí la perfección que se puede conseguir al jugar con el tiempo; al enredar el pasado, el presente y el futuro.
He de confesar que conseguí este libro por medios "ilícitos"; en la biblioteca pública sólo había un ejemplar; lo cual significaba que jamás me lo prestarían a domicilio. El viernes pasado esperé, espere hasta darme cuenta de que aquellos que me habían negado la posibilidad de leer a Kundera en la tranquilidad de mi hogar se fueran. Mi espera fructificó; tome el libro y como si nada dije: "¿Puede prestarme este libro a domicilio?" Segundos después obtuve la respuesta: "Sí".
Fue un acto noble de mi parte, -así lo veo yo- el libro estaba condenado a permanecer ahí, sólo, mezclado con otros libros igualmente limpios, pulcros, nuevos; aunque su edición date de 1998. Ahora "La insoportable levedad del ser" tiene mis huellas y un poco de polvo producto de los viajes que ha hecho conmigo estos días. Creo que ambos estamos satisfechos al fin.
Como lo dice en la contraportada, el libro nos cuenta una historia de amor; como todas, llena de celos, sexo, debilidades, casualidades, paradojas de la vida. Nos muestra el destino de dos parejas entrelazados irremediablemente.
Tomás, un hombre capaz de amar intensamente a su Teresa, ese ser desvalido; ese niño desamparado; pero incapaz de refrenar su deseo por otras mujeres.
Teresa y sus celos, -justificados de sobra- sus pesadillas, su temor de verse sin Tomás. Su incansable búsqueda en el espejo de un alma, su alma, que pueda vislumbrar a través de su cuerpo.
Sabina y su necesidad de ser libre, de vivir para siempre atada a la insoportable levedad del ser.
Franz, ese épico enamorado que siente que cada uno de sus pasos, proezas, actos nobles, estarán vigilados por los ojos de Sabina; por esos ojos que lo abandonaron hace mucho tiempo.
Creo que la belleza dentro de este libro se encuentra en la manera en cómo Kundera nos lleva a la reflexión, a la introspección a través de simples anécdotas y eventos cotidianos. Sería difícil explicar toda esa belleza indefinible, mágica.
El libro más recomendable de este año.
La insoportable levedad del ser. Milan Kundera. Fabula Tusquets ediciones. 1998, México.
Pues mira, no se si fue noble el acto o no jejejejje....
ResponderBorrarte lo hubieras robadooooooooooooooo
robar un libro nunca es malo!!!!!
jejejeje
pues yo una vez intenté el 'atentado poético' pero no funcionó... deje un libro en mi facu, con un texto q decía: el q encuentre este libro deberá dejar otro libro en un lugar público, claro que el idiota q lo encontró no lo hizo y se acabo mi cadena ¬¬
jejejeje
en fin...
No se bien si debería leerlo, ahora mismo estoy acabando 'El Extranjero' y me parece fascinante, porque su lectura es ràpida y ágil... lo que yo no puedo hacer jajajaja...
en fin, cuidate ;)
hola perséfone,
ResponderBorraryo también me obsesioné con milan kundera y su insoportable levedad. Todavía recuerdo los personajes de Sabrina y Teresa (es más, me siento identificada con la última porque me llamo igual, en mi otra vida)
Luego seguí con otros de Kundera pero no fue lo mismo. Te gustó la película? a mi no tanto porque juliette binoche no me cierra.
saludos
quien te escribio el ultimo comentario no es yvonne, es doctora yvonne.
ResponderBorrarsaludos!