Ya casi siete meses, siete meses en los que he aprendido algo muy importante: COMPARTIR MI VIDA CON ALGUIEN MÁS.
En definitiva hay un sin fin de cosas que he aprendido a compartir con mis amigos: secretos, ideas, hasta temores. Pero nunca había compartido todo lo que soy con una sola persona. Desde niña aprendí a guardar mis más profundos temores; en mis pérdidas más grandes no recuerdo haber abrazado a alguien y no recuerdo tampoco haber buscado algún consuelo.
Quizá por ello mi mayor temor era perder esa 'independencia' de veintitrés años que arrastraba conmigo, temía arruinar cosas o no establecer compromisos serios, lo que en algunos casos había sido mi talón de Aquiles.
El riesgo era grande: mi corazón estaba demasiado enojado; yo estaba bastante harta de la vida; tú eras frágil; yo no quería apresurarme; tú querías seguridad; yo no sabía nada; tú sabías muy poco y un mes parecía muy poco... No obstante decidimos intentarlo y ha funcionado; hasta el momento no recuerdo grandes peleas, ¡un momento! No hemos tenido grandes peleas, y hasta me gusta 'discutir' contigo porque corroboro que es cierto que 'hablando se entiende la gente'
Ni siquiera me di cuenta en qué momento empecé a compartir mi vida contigo, será porque ocurrió lo que debía de pasar: Deje de pensar y comencé a sentir...
Me doy cuenta ahora de que eres lo que me faltaba, ya no me siento incompleta, ya no ando por los rincones autocompadeciéndome, ya no quiero llorar por tonterías y sobretodo ya no quiero morir joven...
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