Tarde veraniega,
solar la luz deja huellas en el pavimento,
el vapor llega al fondo de mi sangre,
hierve el sabor de mis lágrimas.
El fuego recorre el cielo,
pinta con brochas de humo,
navega en mares de sudor,
en la tierra que calienta nuestros cuerpos.
Hay un géiser encendido en nuestro patio,
el pecado brota de su centro.
Perséfone lanza llamaradas;
emperatriz del inframundo,
¿por qué liberas tu desdicha'
El sol está bañando al mundo,
el líquido candente es derramado,
acabaremos siendo llamas.
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