La pesadilla no era real,
apenas pude tocar tu rostro con el frío de mis manos,
tus ojos retoño de la noche
ni siquiera notaron el desierto de mi sangre.
Fui manantial que consumieron tus suspiros,
trozo de viento que ya nadie recuerda,
la espera desvaneció mi nombre.
se diluyo mi esencia al no alcanzarte.
Un sólo roce de tu boca hubiese
detenido mi deceso,
un breve minuto en tu regazo
hubiese postergado mi partida.
La pesadilla no era real,
jamás mi muerte pudo perderse entre cuerpo,
ni mis manos pudieron saciarse en tu tristeza...
30 NOVIEMBRE 2007
30 NOVIEMBRE 2007
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