La luna llena termina en esta noche,
mi cuerpo retorna a su silencio,
la acuatica mirada se aleja de tu sombra.
Tu piel llegó a causar dolor,
un poco de tu sangre habría bastado
para cerrar las heridas en mi rostro
y el cuenco inhabitado de mis sueños.
El lobo cayó en la trampa más mortífera,
se arrancó el pelaje,
calló aullidos,
mordió su propio corazón.
No encontró calma,
el alivio jamás llegó hasta él,
murió sin saber qué le mataba,
con la imagen del rostro más perfecto que había visto
manchandole el trozo de bestia que había sido...
28 NOVIEMBRE 2007
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