Quiero ver el mundo, vivir, que el dolor se marche, que las palabras se lleven todo lo imperfecto. A pocos días de que terminé el año estuve a punto de arruinarlo. Un año lindo, lleno de sucesos, de personas, de amigos, que llegaron para convertirlo en un año inolvidable, perfecto, bello.
Siempre, dentro de nosotros vivirá lo bueno y lo malo, la felicidad y la tristeza, el amor y el odio. Perdí el equilibrio, pasé de un extremo a otro peligrosamente. Anoche, ayer, hace días, me tope con la certeza de que todo tiene solución y yo no la estaba buscando. Supongo que buscar tu propia destrucción es una salida cobarde, cobarde e inútil porque en ningún momento me ayudó.
“Respira” me han dicho y en este momento es lo que hago, respiro porque a veces ese es el milagro más grande que veremos…
27 de diciembre de 2007
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